El pasado fin de semana, del 7 al 9 de julio, parte de los equipos de Ecoherencia de las sedes de Madrid, Málaga y Jerez (y sus familias) nos fuimos a un pueblo al sur de Córdoba para conectar, convivir y pasar un fin de semana maravilloso.

 

Música, comida, juegos y una piscina como centro de las actividades pusieron el contenido a unos días donde el buen ambiente se hizo palpable. Y es que para sembrar resiliencia cada día se necesitan grandes dosis de optimismo, locura y de compañerismo. Reconocer estos valores en cada uno de nosotros es la mejor inyección de energía para seguir trabajando cada día.